domingo, 17 de agosto de 2008

La pelea.......dedicado a las mujeres lindas

Que grande eres. Que varonil te veo. Siempre pensé que ese derechazo decidía la pelea.
Dos dientes volaron de su boca. Pero, se levantó y le asestaste ese zurdazo de oro, bestial, hermoso, incomparable, majestuoso.
Sabes, en el hospital me informaron que la chica todavía no ha recuperado el conocimiento.

Cada quien escapa como puede

El edificio Royal tiene diez pisos, cuatro apartamentos por piso, una mezanina con dos locales, y es uno de los doce edificios de la manzana; adicionalmente, el sector tiene unas trescientas casas. La policía está peinando la zona, casa por casa, apartamento por apartamento, busca a los ladrones que se llevaron unos cuantos millones del banco “Guardado” en un golpe magistral. Estoy en el edificio “Royal” por puro azar del destino, en este momento subo y bajo escaleras. Busco donde guardar los billetes del golpe dado hace media hora. Un trabajo bien planificado, bien estudiado, con resultados excelentes, que más se puede pedir. El problema fue, no haber revisado los cauchos de la camioneta, ya que uno de ellos, no estaba en buen estado y explotó en el lugar y tiempo menos indicado. De lo contrario, ahora estaría en un sitio seguro y bien lejos.

El telón del escenario sube y aparece con una sonrisa la chica de la noche, esperada por todos. Tiene el cabello negro, ondulado, largo y sedoso como el de las chicas que muestra la televisión. De rostro infantil, ojos negros como el azabache, piernas delgadas y largas, muy bien formadas, camina lento pero seguro sobre el escenario, con un vaivén encantador. Despertando las pasiones de todos los espectadores. Saluda con ambas manos, moviéndolas en forma medio circular sobre su cabeza. Su rostro embruja a los presentes, sonría y muestra unos dientes blancos como la espuma y unos labios rojos como la cereza.

Son las nueve de la mañana, mis compinches de andanzas están en la esquina de Salas, con el auto de trasbordo para ir a nuestro sitio de escape. En la reunión que tuvimos anoche les dije: Si no he llegado a las diez de la mañana, por cualquier razón, deben habilitar el segundo sitio de encuentro. Ahora mismo, estoy en un subir y bajar de escaleras dentro del edificio Royal, en búsqueda de un sitio para esconderme o guardar el dinero, y salir para el sitio acordado, donde estoy seguro de que no hay policías ni nada que temer.

Se dirige hacia un tubo, que parece parte del decorado del local, pero en realidad es donde ella realiza sus fabulosos y exóticos movimientos corporales. El tubo tiene un espesor de diez centímetros y está en medio del escenario. Unas correas de acero lo aseguran al techo. No logró precisar como esta agarrado al piso. Nuestra chica se detiene a un metro aproximadamente del tubo.

Las campanas de la iglesia suenan diez veces y yo, aún en este edificio, cuando debería estar en mi guarida con mis chicas, con mi gente, protegido por mis compinches, con botellas de whisky, celebrando el éxito del trabajo realizado.

Viste ropa intima de color rojo intenso, y luce mas intenso sobre su piel blanca. Suena la música y comienza su espectáculo. Mueve el cuerpo de una forma sensual sobre la tarima. Baila girando su cuerpo, primero hacia la derecha, luego hacia la izquierda, desliza sus pies y parece no tocar el piso; luego de unos minutos de su baile exquisito, va y agarra firmemente el tubo con las dos manos, se agacha, coloca el tubo entre sus piernas pero sin tocarlo, mueve su pelvis hacia atrás y adelante. Su abdomen parece estar quieto, sus piernas suben y bajan.

Tengo tres horas en estas escaleras, tratando de no ser visto por los vecinos, o mejor dicho, tratando de que los perros no sientas mis pasos, ni mis olores, para que no ladren. Escucho el titilar de las sirenas, unas se alejan y otras se acercan. No puedo precisar si es policía, bomberos, ambulancias ú otro cuerpo de emergencias, solicitando paso en el tráfico de vehículos en la avenida. Tampoco sé si son más policías que se dirigen a este edificio para capturarme. Esta incógnita se acrecienta a medida que pasa el tiempo.

El ritmo y sonido de la música indican el movimiento de la chica en el escenario, al principio tenemos un ritmo lento con un sonido bajo y movimientos lentos, luego aumenta progresivamente, el ritmo junto al sonido y los movimientos, al igual que los gritos y silbidos de los asistentes. A medida que pasa el tiempo, la flexión de sus piernas es menor y prácticamente esta de pie. Suelta el tubo y se acuesta sobre el escenario boca arriba, aprieta los senos con sus manos, mientras continúa su rápido movimiento pélvico, pero ahora las piernas están arriba moviéndose. En este momento, la luz cae sobre la chica y vemos su rostro sudoroso y contraído, mostrando un gesto orgásmico.

Ahora, pienso en la forma de salir de este atolladero. No quiero ponerme a contar el dinero que anda conmigo, se que es suficiente, pero sé también, que la policía esta buscando por todos lados a unos asaltantes de bancos, que huye a pie, debido a que la camioneta donde escapaban tuvo un accidente.

Se quita las medias muy lentamente al compás de la música, las dobla en sus manos como una pelota, y las lanza al público. El grito de los espectadores es fuerte y los silbidos igual. En ese momento suben el volumen, pero no le presto atención. La joven no da espacio para ver o pensar otra cosa.

La policía busca ladrones de bancos. No saben aún quienes son, ya que no tienen las fotos tomadas en el momento del asalto. Simplemente tienen las fisonomía, aprendida en la academia de policía: moreno claro, ceño fruncido, usa lentes oscuros, treinta años de edad promedio, nervioso, altamente peligroso, lenguaje de bajo nivel, manos largas que permiten empuñar una metra fácilmente o un arma de gran potencia. Regularmente de contextura fuerte y no tienen compasión con sus semejantes, siempre están dispuestos a cualquier cosa. Estos gestos normalmente lo delatan.

Es medianoche. En ese preciso momento la música sube al máximo, y vemos unos grandes, y voluptuosos senos. Su sonrisa es angelical, sus dientes brillan cuando reciben el rayo de luz del ambiente. No puedo ver si cambia el color de sus ojos azabaches.

La policía sabe que los malhechores están cerca, ya que la camioneta esta a escasos doscientos metros del edificio. Veo una claraboya en la pared, muevo unos tornillos y, para mi alegría, estos ceden. Ante mis ojos se abre un pequeño espacio, lo suficientemente grande para guardar el resultado de mi trabajo. Coloco la bolsa con el dinero, cierro el espacio. Ahora, a la calle. De algo estoy seguro, vendrán otros días, otros trabajos y mejores situaciones.

Su movimiento pélvico es ahora de pie, hacia el público. Sus rodillas inclinadas hacia delante, su pelvis va delante y atrás, mejor dicho, la pelvis sube y baja. Sus brazos los mueve extendidos hacia delante y el movimiento finaliza recogiéndolos atrás, doblando el codo, en un movimiento rápido y seguido, digamos, frenético. Sus ojos cerrados, su boca también pero con un a sonrisa infaltable. Su respiración es rápida y se puede sentir en el ambiente.

Salgo a la calle y camino. Los policías recorren la avenida de norte a sur. Los policías junto a los guardias nacionales montan alcabalas y chequean los carros que circulan por la avenida. Otros requisan a las personas que andan por el sector. Trato de alejarme rápidamente, pero un policía me ve y me da la orden de alto. Me detengo, levanto las manos. El agente me pide la cédula de identidad y me manda a pegar de la pared con las manos en alto.

Pensamos que puede finalizar de un momento a otro el show, pero no, el sonido musical se mantiene y el ambiente se torna mas caliente. La joven desabotona un lado del blumer. La gente corea. La chica sonríe, gesticula, sabe emocionar a los asistentes.

El policía me requisa, no consigue nada, me preguntó “que donde vivo” y que hago por este sitio. Le respondo, en el quinto piso del edificio Royal apartamento 5-A y voy a comprar pan en la panadería de la esquina. Sin querer, le he dicho donde está el dinero, me faltó decirle que en la claraboya donde esta la toma de luz. Observándome muy detenidamente, me da la orden de seguir, recordándome que debo tener cuidado con unos asaltantes de bancos sueltos por el lugar. Le agradezco y sonrío. Me retiro del lugar con paso rápido.

No sé como, pero el blumer vuela de sus manos a los asistentes que saltan entre las sillas, se golpean unos con otros, para tomar el trofeo de la noche. En ese momento y en medio de atronadores aplausos, gritos, y silbidos, nuestra heroína escapa apresuradamente de la tarima y se retira al camerino como Dios la trajo al mundo.

El pie izquierdo...

Me asomo y veo el movimiento oscilante de tu pierna izquierda montada sobre tu pierna derecha. Los dedos de tu pie jugueteando, inmersos dentro de ese largo zapato verde. El talón suelto sin nada que lo proteja, tranquilo, sudoroso…… esperando que mi pie desnudo…… lo acaricie.

Andreina

Llego a casa. Estaciono el carro en el garaje. Subo las escaleras. Abro la puerta y allí, sentada en el sofá, está ella, esperándome como todas las tardes a la misma hora, me observa, se sonríe, doy varios pasos, me le acerco alegre y sonrío también, me inclino y la saludo con un beso en la frente. Le pregunto en un tono de voz muy alegre, <> y responde, con su infaltable sonrisa, pero con un tono de voz irónico: <>.
Le oprimo cariñosamente y muy suavemente la nariz con mi dedo índice, lo bajo y lo deslizo por sus labios, me muerde muy suavemente y la abrazo fuertemente, no dejo que vea la lágrima que surca mi rostro desencajado por la verdad escuchada.
<>.
<>.
Le acaricio el cabello mientras le tarareo una canción de Luis Mariano Rivera; ella se deja llevar por las caricias, y me acompaña con un silbido suave pero muy dulce en su entonación.
Me levanto del sofá, voy a la cocina, le comento de mis actividades del día y como tuvieron. Tomo el budare, lo embadurno de mantequilla. Lo coloco bajo llama lenta y comienzo a preparar la masa para hacer unas arepas. La radio encendida difunde el noticiero de la hora. En ese momento, ella comenta, <>, suelta una risa pequeña, pero necesaria para romper el hielo de la relación del momento.
Tomo el sartén, lo coloco en la cocina. Me pongo a preparar un filete de pescado rebozado con harina precocida.
Una pequeña brisa entra a la cocina, las hojas de las ventanas se balancean en un delicado movimiento, ella las observa detalladamente y comenta en tono de voz medio y acento grave: <>.
Escucho muy detenidamente el comentario, pero no tengo la voluntad para volver mi rostro y decirle algo, sino simplemente aprieto el mango del sartén, y el rostro, bueno, mi rostro no se como estará. Pero me siento mal.
Termino de cocinar y sirvo el pescado con una arepa calientita rellena de mantequilla, como le gustan a ella. Preparo un jugo de naranja con zanahoria. Coloco la jarra con el jugo recién hecho sobre la mesa. Comenzamos a comer en silencio; Andreína muestra muy buen apetito y devora su plato de comida rápidamente, yo en cambio, como muy lentamente, francamente obligado, sin apetito.
Hora de ir a dormir. La tomo con mis brazos del sofá, ella me pasa su brazo derecho sobre mi cabeza y se apoya en mis hombros para dejarse llevar al cuarto. En el momento, que la llevo cargada, me da un beso en la mejilla, y me dice en un tono de voz muy bajo, tan bajo, que era mas bien un susurro, <>
No encuentro palabras para responderle, simplemente entono una canción. La llevo al cuarto, la acuesto, la arropo y con un beso en los labios le digo, muy dulcemente: <<>>.
Son las seis de la mañana, me levanto, me dirijo al baño, me preparo como todos los días. Voy donde esta acostada Andreína, la beso; ella responde el beso desordenándome el cabello, dice en un tono de voz bajo, que su madre la acompañará durante el día, que no me preocupe. Simplemente le veo el rostro, en señal de aceptación de lo escuchado.
Voy al carro, enciendo el motor y la radio. Comienzo a escuchar las noticias. El Sr. Perez, mi vecino de muchos años se acerca y pregunta acerca el estado de salud de Andreína, le respondo, con una mentirilla, se encuentra mejor.
<>.
El vecino me dice en tono de voz muy esperanzador, que se alegra por escuchar esa noticia, le dirá a su esposa. Le agradezco el gesto, con un firme apretón de manos.
Llego a la oficina, tomo café y converso con mis compañeros de trabajo referente a los resultados del béisbol del día anterior.
<>.
Son las nueve de la mañana, suena el teléfono, es mi suegra, me saluda y me dice: que ve muy mal a Andreína, que tiene ganas de llevarla a la clínica; pero ella se opone, le comento, que tiene días así. Pero, mi suegra me dice que la ve mal. Le digo <<>>. Ella me contesta: <<>>. En ese momento, lloro de impotencia, y presiento el final de esta lucha desigual que lleva mi hermosa Andreína.
Suena el teléfono. Son las once y media, me imagino que es la suegra para que la vaya a buscar. Pero, escucho a la suegra llorando y no le comprendo las palabras que dice; presiento, que ocurrió lo esperado. Cuelgo y llamo al médico a su teléfono celular. Me da la noticia. Andreína a fallecido. Coloco el espaldar hacia atrás y pienso en la larga travesía de Andreína acompañándome en esta vida, en las buenas y en las malas. Las lágrimas comienzan a surcar mi rostro buscando el piso. Pienso, como puede Andreína, mi frágil Andreína, andar por esos caminos desconocidos para ella y para todos.
Inclino la silla, coloco los codos sobre el escritorio, apoyo mi cara en mis manos abiertas y pienso, tendré que seguir adelante solo. Pero, ella como podrá enfrentar lo desconocido, va a estar sola.
Pienso….. Lloro….. Abro la gaveta; tomo la pistola, que tengo guardada, con mi mano derecha. La subo colocándola nivel de mi cabeza y solo en ese momento decido, necesito acompañarla, no puedo dejarla ir y mucho menos dejarla sola. Jure acompañarla hasta el final de mis días, y así lo haré.
¡¡¡PUM!!!..
Simplemente sonó un disparo de amor y no de muerte.
Queridos lectores, el final me pareció un poco cursi, es la verdad. Estuve pensando en un final más agradable, que les parece este otro final; busco otra mujer y continúo la vida con esta nueva compañera, y Andreína que se joda, que siga su camino por este mundo desconocido por todos. En fin, ella lo que hizo fue joderme varios años de mi vida con su enfermedad. Eso sí, pueden estar seguros, que voy a pagar los costos del funeral.
¿Qué les parece?. Interesante verdad. Bueno, en otra oportunidad, les comento algo más agradable. Pero, por favor, no se suiciden hacen falta en esta vida.

jueves, 17 de julio de 2008

Carta de un amigo...del futuro

Caracas, 31 de marzo del 3010

Buenas noches,
Hermanos marcianos,

Los saludamos desde este desvastado planeta, esperando que ustedes se encuentren bien, estamos a la espera de la cuota mensual de oxígeno de su fabuloso mundo. Conocemos los problemas existentes en los envíos, pero también deben considerar que estos retrasos nos afectan mucho, debido a los altos volúmenes de contaminación que tenemos.
Con los envíos anteriores les informamos que nuestro medio ambiente ha mejorado ostensiblemente. Entre algunos datos estadísticos tenemos: se purificó nuestro ambiente en un 20%, los ríos Nilo, Amazonas y Orinoco han comenzado a ser riachuelos caudalosos; se incrementaron los rayos solares en un 15% en toda la superficie y tenemos un incremento de 5% en áreas disponibles para el cultivo.
Aceptamos las siguientes sugerencias de ustedes, y las implantaremos; filtrar el agua de estos ríos para su consumo con elementos químicos que contrarresten los efectos radiactivos. No exponernos a recibir directamente los rayos solares en nuestra piel debido a la falta de la capa de ozono y, realizar pruebas antiradiactivas a las hortalizas.
Les informamos que estamos realizando estudios sobre otros posibles daños colaterales que pueda afectar a la humanidad existente y evitar su desaparición.
Además, comenzamos a preparar un conducto que permita unir a nuestros planetas para tener una recepción más rápida del oxígeno, materia prima vital para nosotros los terrestres.
Nosotros, después de múltiples debates les enviaremos a cambio, varios reactores nucleares de la más actualizada tecnología, que elaboran bombas atómicas en serie.
Esperamos que sepan usar estas bombas en función de la buena supervivencia de los marcianos y no como nosotros, los terrestres, que aún estamos enterrando cadáveres.

Un abrazo,

Se despiden atentamente; los pocos hermanos terrestres sobrevivientes del holocausto nuclear.

jueves, 26 de junio de 2008

A.....donde?

Voy por el camino a grandes zancadas, presuroso…La calle quieta, esboza sus penumbras, mientras gotas de sudor corren por mi rostro, un sudor frío, más bien helado, recorre mi cuerpo. Mis pensamientos están entrelazados con ese objeto que no se aparta de mi mente.
—Dios… existes?.... entonces ayúdame.
El frenético golpeteo de mi corazón se acentúa, me hace recordar en este momento, el galopar del caballo libre de la sabana.
—Es que existe algo libre?...... Si es cierto, te quiero conocer.
Mis pasos son más rápidos. Pequeños calambres abrazan mis piernas entumecidas y adoloridas por el esfuerzo. Tendrá razón mi esfuerzo?...
—Quiero saberlo!!!!... quien me lo dice?
Pero solamente veo sombras, y penumbras a mí alrededor. Deseo gritar, pero mi voz me ha traicionado, solo emite pequeños sonidos guturales, sin razón.
Quiero correr, pero los dolores de mis piernas lo impiden. Volteo mi rostro, buscando compañía en el horizonte…..no!!! …no!!! … mi sombra … mi eterna acompañante ha desaparecido. Un perro en el camino emite latidos para ahuyentarme, es ese el amigo del hombre?, que en estos momentos difíciles necesita abrigo, algo de calor, ………
Cruzo raudo la esquina ..
Dios…. He llegado.

La mensualidad

Se dio comienzo con media hora de retraso a la asamblea convocada por la dirección del colegio, cuyo único punto a tratar era: aumento en la matricula de inscripción y de las mensualidades del próximo año escolar. La asistencia de los padres y representantes de los alumnos del colegio fue satisfactoria; se podía hablar de que se había logrado el quórum requerido por el reglamento de asamblea del instituto.
Los días previos a la reunión, se encontraron varias posiciones entre los representantes, existían tres grandes propuestas. Algunos padres estaban de acuerdo en un aumento mesurado pero bien argumentado. Un gran número de representantes compartía la posición de la dirección del colegio, un aumento progresivo mensual sin límite. Una pequeña cantidad no estaba de acuerdo con aumento de ningún tipo, este grupo se basaba en que el estado subsidiaba al colegio con un monto considerable.
Tomas Perez Loyola, ejecutivo de una empresa automotriz y padre de dos alumnos del colegio, lideró el grupo que respaldaba un aumento mensual progresivo sin tope a este aumento. Dio una larga exposición en la asamblea donde esbozó de una manera razonada los puntos y beneficios acerca de la necesidad del aumento en las mensualidades del siguiente año.
—Tenemos que sacar a los limpios de este colegio—expresó Juana Gonzalez desde la tarima en una forma despectiva refiriéndose a los alumnos cuyos padres no tenían los suficientes recursos para pagar la mensualidad.
—Debemos acabar con las becas y las ayudas estudiantiles, ya esta bueno de tanta sinverguenzura, fuera los pata en el suelo de nuestro instituto—dijo en tono eufórico, Pedro Luis Pernalette. Un cliente muy estimado en los restaurantes lujosos de la ciudad.
La asamblea tomó calor en la medida que avanzaba el tiempo y las propuestas de la mayoría de los padres asistentes indicaban que la tendencia era la de un aumento gradual de las mensualidades, las razones del aumento fueron dadas por la dirección y apoyada por numerosas manos alzadas de muchos padres.
—Todos tenemos derecho a la educación, nuestros hijos necesitan educarse. Un puñado de representantes plegado a las políticas de la dirección del colegio no puede determinar el futuro de todos los muchachos que estudian en este colegio—gritó Pedro Peinado en medio de rechiflas y gritos de muchos padres asistentes.
La representación minoritaria de representantes que luchaban por impedir el incremento de la mensualidad no lograba armar una propuesta que fuera lo suficientemente contundente para que se plegaran a ella otros representantes.
El Monseñor Julio Gonzalez Cortador, director del instituto religioso, sonreía de satisfacción viendo el panorama favorable a su propuesta y presentía un final feliz. Aplaudió a rabiar cada vez que un representante expresaba puntos favorables a su planteamiento.
—Fuera los estudiantes que no puedan pagar— fue una de las consignas que mas se escuchó ese día.
—Finalizó el derecho de palabra, es hora de comenzar la votación de las propuestas hechas por todos los padres asistentes, si alguien considera que su propuesta no fue votada, tiene el derecho a reclamar, o si alguien tiene algo mas que decir, que levante la mano y lo haga— expresó Pedro Gonzalez, un sacerdote que realizaba las labores administrativas del colegio.
Los padres de los muchachos se vieron las caras y levantaban sus brazos y lo agitaban de un lado a otro, indicando de que no había mas nada que decir, otros gritaban “a votar”….”a votar”.
—Cada representante vota aprobando la proposición levantando la mano derecha, recuerden que esto es una votación seria y se le agradece que no levanten la mano dos veces. El padre Elias contará el total de manos levantadas. Actualmente en el recinto hay 131 padres o representantes de nuestros alumnos, diremos que la moción es aprobada con el voto de 66 votos o manos levantadas. Pongo en consideración del auditorio, esta propuesta de aprobación—dijo el monseñor Julio Gonzalez Cortador.
—Levanten la mano los que estén de acuerdo con la propuesta del Monseñor—se escuchó decir al sacerdote Pedro Gonzalez.
Numerosos brazos se levantaron, en señal de aprobación.
—Propuesta aprobada—se dejó escuchar por los parlantes.
Entre los asistentes había tensión; Unos gritaban que la votación fue inválida, ya que no se dijo el total de votos; los otros, que eran mayoría generaban más ruido para evitar que se oyeran los desacuerdos en la votación realizada.
Los seguidores de Tomás expresaban alegría se sentían ganadores y comenzaron a moverse entre los asistentes para garantizar la victoria.
—Comenzaremos a votar propuesta por propuesta. Número uno: aceptamos los resultados de esta reunión como válidos? .
Las manos levantadas fueron mayoría.
—Propuesta aprobada, los representantes asistentes aceptan la votación de la mayoría como moción aprobatoria de cada punto leído, anote en el libro de actas. Secretario—dijo Pedro Gonzalez en su papel de coordinador de la asamblea. Los aplausos se escucharon por todos los rincones del escenario.
—Segunda propuesta, están de acuerdo los asistentes en aprobar el incremento mensual del 2% del costo de la mensualidad sin tope para este incremento durante el año escolar que se avecina.
Se escuchó un rugir entre los padres, unos levantaron las manos rápidamente, otros lo pensaban y se aguantaron; Los seguidores de Tomás sonsacaban a los que dudaban, se empeñaban para que levantaran el brazo. En la medida que pasaba el tiempo se fueron agregando otros brazos para aprobar la propuesta. El padre Elias comenzó el conteo de brazos levantados, al terminar volteo su rostro y dirigió la vista al monseñor, con una sonrisa de satisfacción que cruzaba la cara de oreja a oreja.
—Con 84 votos, es aprobada la propuesta.
Un nutrido aplauso se escuchó. El monseñor sonreía e inclinaba el rostro en señal de agradecimiento en unas ocasiones y en otra, movía los abrazos, felicitando a los padres y felicitándose el mismo por la victoria lograda.
En ese momento, un grupo de unos treinta padres aproximadamente abandonó el recinto, en señal de disconformidad y en medio de gritos, donde se escuchó: “fuera limpios de este colegio”, “No queremos gente de cerro”.
Tomas Pérez Loyola era la voz principal de los representantes que gritaba improperios y groserías en contra de las personas que salían.
Eran las dos de la tarde cuando llegó a su oficina el Sr. Tomás Perez Loyola eufórico, muy alegre, bastante sudado.
—No hubo mucho movimiento en la mañana, Sr. Perez—dijo Rosa la secretaria privada de Tomás.
—Gracias.
—Como le fue en la asamblea de Padres y representantes?
—Muy bien, logramos imponer el aumento de la mensualidad y derrotamos a esos pobres diablos que quieren que nuestros hijos se codeen con sus hijos. El monseñor nos abrazó de alegría y nos envió una gran cantidad de bendiciones; además, nos tendrá presente en todas las homilías de este año. Que buena persona es el monseñor, definitivamente. Puedes imaginarte, un grupo de estudiantes que no tienen como pagar la mensualidad, querían que el colegio los becara, eso no puede ser. No podemos estar subsidiando a esa calaña de estudiantes. Por favor….. imagínate, Rosa, un negro solicitando mejoras en el comedor, cuando la mayoría de los padres quiere eliminarlo para que nuestros hijos vayan a un restaurant decente. Un individuo de cerro comiendo en la misma mesa que comen nuestros hijos …no. . definitivamente .. no.
La secretaria observa a su jefe, sin pestañear, no mueve un músculo de su rostro, esta atónita, el color de su rostro ha variado totalmente. No tiene palabras para explicar, lo que esta escuchando.
—Hablando de todo, rosa, búsqueme una solicitud de la caja de ahorros, que voy a realizar un préstamo para el pago de la inscripción de los muchachos en el colegio.


Julio del 2007

miércoles, 18 de junio de 2008

Cambio

Observo con detenimiento el comportamiento patán del engreído Rubén.
Primero grita a su mujer, la ofende, le manotea la cara cacheteándola, hiriendo su frágil dignidad y finalmente la empuja. La chica ante la agresión física le mira inerme, sus hermosos ojos asustados, aterrados, muestran desesperación, su corazón grita de impotencia, su alma desea responder con furia a la ofensa de aquel cobarde, pero en el fondo su pensamiento se debate entre la realidad de ser golpeada y el deseo de no aceptar aquel maltrato; su respuesta es verbal, con gritos. Trata de devolver al empujón con otro empujón, pero es manifiesta su inferioridad física.
El buen Rubén, el excelente prototipo del machismo, le propina un golpe de derecha en la cara, lo suficientemente fuerte para que Andreína tambalee en un primer momento, y luego, caiga al piso de rodillas. El golpe fue tan fuerte que lo sentí en mi cara, y no me lo habían propinado a mí. Además, sentí en mí el crujir de sus huesos y dientes.Noté en los ojos de Andreína, mujer de Rubén hasta ese momento, rabia, dolor y fundamentalmente terror, quizás algo de impotencia.De la otrora hermosa boca de Andreína, sale a borbotones un líquido rojo mezclado con dientes; al principio abundante, y luego, más lento el fluir, ya que el líquido se va poniendo espeso.Andreína, de rodillas, lleva las manos a su cara para tocar la parte afectada por el golpe, y consigue, sangre y más sangre, acompañada de trozos de dientes.Un grito lastimero e indescriptible, surge de lo mas profundo, de su ser. Un grito que toca la fibra sentimental de cualquier ser humano.
Me solidarizo con Andreína, le grito que se levante y lo golpee, que no permita esa agresión. Mi grito no es escuchado, de eso estoy seguro, pero mi parte humana, estalla del más puro sentimiento rechazando la agresión.La incito a que no se deje, a que siga combatiendo, que siga luchando. Pero, Rubén continua gritándole insultos acompañados de puntapiés, y Andreína, lo que hace es rodar por el piso. Andreína difícilmente podrá levantarse sin ayuda; ahora, de su menuda boca salen gritos y quejidos de dolor acompañados de sangre.
Golpes, patadas, risas de un energúmeno, llanto, dolor, terror son las palabras descriptivas de este ambiente decorado con buena cantidad de sangre, lagrimas, escupitajos y dientes rotos. La puerta cerrada evita que llegue cualquier tipo de ayuda para nuestra Andreína. Se oyen golpes y patadas en la puerta, gritos de los vecinos exigiendo que deje tranquila a nuestra chica. Rubén observa con desdén y con una sonrisa maliciosa hacia la puerta, les dice en un tono de voz alto que se retiren, no es su problema. La lluvia de improperios y puntapiés continúa. Andreína logra dar la vuelta a su cuerpo, hace un gran esfuerzo apoyándose en los brazos. Medio se levanta y en ese momento, el galán de Rubén le propina una patada en la región abdominal. Emite un grito que más bien es un aullido, y vemos gestos lastimeros de dolor en medio de convulsiones. Pierde el conocimiento, y nuevas convulsiones la sacuden fuertemente.Patadas, gritos, terror, dolor, un grito de victoria, y las manos de Rubén en alto.Quién detendrá este bochornoso espectáculo que tiene dos personas, una, destrozada, humillada, y la otra, no sé dónde ubicarla en el género humano.Los ojos medio abiertos de Andreína reflejan pánico, su rostro es ahora un guiñapo de moretones. Su graciosa movilidad se ha transformado en un cuerpo paralizado. Sus dedos se deforman. Las convulsiones son más seguidas y me hacen pensar que puede ocurrir lo peor. La sangre está por todos lados. Sus manos tiemblan. Me parece que es de terror.
El verbo del ambiente es gemidos y lamentos bañados de sangre acompañados de la prepotencia del increíble y hermoso Rubén.La puerta principal resiste el acoso de los vecinos que la golpean con todo tipo de objetos para tumbarla, pero la puerta aguanta la embestida. Andreína no tiene conocimiento de lo que pasa a su alrededor.Veo con estupor la risa que recorre la cara de ese animal; ya lo ubiqué, es un animal y de la peor estirpe, y es llamado Rubén, el buen Rubén, como lo llama su madre. Aunque, no lo crea, lo parió una mujer por lo tanto tiene madre. Una mujer igual y con los mismos derechos que la maltratada Andreína.
Rubén voltea hacia los lados buscando a los invisibles testigos. Solicita de ellos un abrazo para celebrar el triunfo sobre la generosa y hermosa Andreína. Sus gritos de victoria, aunados a sus improperios, se hacen inaguantables.
Mi ser siente latir su sangre, ante semejante atropello, al estar presenciando una injusticia, sin igual.
Una canallada.
No tengo más alternativa, Me cansé del canal 32, sintonizaré el 38.





Ramón Anselmo Rengifo Avendaño