domingo, 17 de agosto de 2008

Andreina

Llego a casa. Estaciono el carro en el garaje. Subo las escaleras. Abro la puerta y allí, sentada en el sofá, está ella, esperándome como todas las tardes a la misma hora, me observa, se sonríe, doy varios pasos, me le acerco alegre y sonrío también, me inclino y la saludo con un beso en la frente. Le pregunto en un tono de voz muy alegre, <> y responde, con su infaltable sonrisa, pero con un tono de voz irónico: <>.
Le oprimo cariñosamente y muy suavemente la nariz con mi dedo índice, lo bajo y lo deslizo por sus labios, me muerde muy suavemente y la abrazo fuertemente, no dejo que vea la lágrima que surca mi rostro desencajado por la verdad escuchada.
<>.
<>.
Le acaricio el cabello mientras le tarareo una canción de Luis Mariano Rivera; ella se deja llevar por las caricias, y me acompaña con un silbido suave pero muy dulce en su entonación.
Me levanto del sofá, voy a la cocina, le comento de mis actividades del día y como tuvieron. Tomo el budare, lo embadurno de mantequilla. Lo coloco bajo llama lenta y comienzo a preparar la masa para hacer unas arepas. La radio encendida difunde el noticiero de la hora. En ese momento, ella comenta, <>, suelta una risa pequeña, pero necesaria para romper el hielo de la relación del momento.
Tomo el sartén, lo coloco en la cocina. Me pongo a preparar un filete de pescado rebozado con harina precocida.
Una pequeña brisa entra a la cocina, las hojas de las ventanas se balancean en un delicado movimiento, ella las observa detalladamente y comenta en tono de voz medio y acento grave: <>.
Escucho muy detenidamente el comentario, pero no tengo la voluntad para volver mi rostro y decirle algo, sino simplemente aprieto el mango del sartén, y el rostro, bueno, mi rostro no se como estará. Pero me siento mal.
Termino de cocinar y sirvo el pescado con una arepa calientita rellena de mantequilla, como le gustan a ella. Preparo un jugo de naranja con zanahoria. Coloco la jarra con el jugo recién hecho sobre la mesa. Comenzamos a comer en silencio; Andreína muestra muy buen apetito y devora su plato de comida rápidamente, yo en cambio, como muy lentamente, francamente obligado, sin apetito.
Hora de ir a dormir. La tomo con mis brazos del sofá, ella me pasa su brazo derecho sobre mi cabeza y se apoya en mis hombros para dejarse llevar al cuarto. En el momento, que la llevo cargada, me da un beso en la mejilla, y me dice en un tono de voz muy bajo, tan bajo, que era mas bien un susurro, <>
No encuentro palabras para responderle, simplemente entono una canción. La llevo al cuarto, la acuesto, la arropo y con un beso en los labios le digo, muy dulcemente: <<>>.
Son las seis de la mañana, me levanto, me dirijo al baño, me preparo como todos los días. Voy donde esta acostada Andreína, la beso; ella responde el beso desordenándome el cabello, dice en un tono de voz bajo, que su madre la acompañará durante el día, que no me preocupe. Simplemente le veo el rostro, en señal de aceptación de lo escuchado.
Voy al carro, enciendo el motor y la radio. Comienzo a escuchar las noticias. El Sr. Perez, mi vecino de muchos años se acerca y pregunta acerca el estado de salud de Andreína, le respondo, con una mentirilla, se encuentra mejor.
<>.
El vecino me dice en tono de voz muy esperanzador, que se alegra por escuchar esa noticia, le dirá a su esposa. Le agradezco el gesto, con un firme apretón de manos.
Llego a la oficina, tomo café y converso con mis compañeros de trabajo referente a los resultados del béisbol del día anterior.
<>.
Son las nueve de la mañana, suena el teléfono, es mi suegra, me saluda y me dice: que ve muy mal a Andreína, que tiene ganas de llevarla a la clínica; pero ella se opone, le comento, que tiene días así. Pero, mi suegra me dice que la ve mal. Le digo <<>>. Ella me contesta: <<>>. En ese momento, lloro de impotencia, y presiento el final de esta lucha desigual que lleva mi hermosa Andreína.
Suena el teléfono. Son las once y media, me imagino que es la suegra para que la vaya a buscar. Pero, escucho a la suegra llorando y no le comprendo las palabras que dice; presiento, que ocurrió lo esperado. Cuelgo y llamo al médico a su teléfono celular. Me da la noticia. Andreína a fallecido. Coloco el espaldar hacia atrás y pienso en la larga travesía de Andreína acompañándome en esta vida, en las buenas y en las malas. Las lágrimas comienzan a surcar mi rostro buscando el piso. Pienso, como puede Andreína, mi frágil Andreína, andar por esos caminos desconocidos para ella y para todos.
Inclino la silla, coloco los codos sobre el escritorio, apoyo mi cara en mis manos abiertas y pienso, tendré que seguir adelante solo. Pero, ella como podrá enfrentar lo desconocido, va a estar sola.
Pienso….. Lloro….. Abro la gaveta; tomo la pistola, que tengo guardada, con mi mano derecha. La subo colocándola nivel de mi cabeza y solo en ese momento decido, necesito acompañarla, no puedo dejarla ir y mucho menos dejarla sola. Jure acompañarla hasta el final de mis días, y así lo haré.
¡¡¡PUM!!!..
Simplemente sonó un disparo de amor y no de muerte.
Queridos lectores, el final me pareció un poco cursi, es la verdad. Estuve pensando en un final más agradable, que les parece este otro final; busco otra mujer y continúo la vida con esta nueva compañera, y Andreína que se joda, que siga su camino por este mundo desconocido por todos. En fin, ella lo que hizo fue joderme varios años de mi vida con su enfermedad. Eso sí, pueden estar seguros, que voy a pagar los costos del funeral.
¿Qué les parece?. Interesante verdad. Bueno, en otra oportunidad, les comento algo más agradable. Pero, por favor, no se suiciden hacen falta en esta vida.

4 comentarios:

Madelin Fernandez dijo...

Me gusto mas el segundo final que elprimero me hisistes reir

felicidades

made

Prof. Ramón Anselmo Rengifo Avendaño dijo...

gracias..camarada

Chabeh dijo...

Yo, la hubiera acompañado hasta su última morada, viviría mi duelo completico y sólo recordaría de ella los momentos lindos que juntos compartimos, los viajes, las navidades, nuestros logros vividos. Que fué un ángel enviado en el término y la distancia, me necesitó,nos acompañamos cuanto duró. Dejaría pasar el tiempo esperando a otra compañera. Total,así es la vida

maritza soledad dijo...

QUE LINDO AUNQUE EL FINAL ESTA DE TERROR JAJAJAJJAAJJAA.
YO NO MEMAMTARIA JAMAS. LA RECORDARIA BONITO POR SIEMPRE
EN EL AMOR SE RECUERDA LO BELLO!
FELICITACIONES PROF. ES LINDO ESCRIBIRPRINGLE